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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
5
Bélico. Drama El joven soldado de 19 años Billy Lynn y su patrulla sobreviven a una batalla en Iraq en la que son grabados por las cámaras, por lo que son tratados como héroes cuando regresan a casa para una gira promocional antes de volver a la guerra... Adaptación de la novela de Ben Fountain, con la particularidad de ser el primer film de la historia rodado a 120 fotogramas por segundo. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy de los que piensan que cualquier película fallida de Ang Lee es infinitamente más interesante que muchas de las cintas que otros directores estrenan cada año. Su sensibilidad como creador, y los riesgos técnicos que asume en muchas de sus películas le dan, para mí, suficiente crédito para equivocarse. También soy de los que prefieren el Lee intimista, ese que es un genio para fijarse en los pequeños detalles de las pequeñas historias para convertirlas en conmociones universales; hablo de películas como El banquete de Boda, Sentido y Sensibilidad, La Tormenta de Hielo, Brokeback Mountain o Deseo, Peligro.

En Billy Lynn's Long Halftime Walk, Lee ha querido hilar la sutileza y carácter emotivo de todas esas películas citadas con la exploración de nuevos límites técnicos para hacer cine, que ya le llevaron a apasionantes lugares en películas como Tigre y Dragón, Hulk o La vida de Pi (cada una con su particular reto técnico). Pero con Billy Lynn el tiro le ha salido por la culata, principalmente porque muy pocas personas podrán ver esta película con la infraestructura necesaria para apreciar su técnica: apenas existen cines en el mundo adecuados para ello.

Así que los demás espectadores debemos apreciar lo que vemos, y ser 'el primer film de la historia en ser rodado a 120 fotogramas por segundo con 4k de resolución' lo único que produce entre la pieza y los espectadores es un extraño distanciamiento, una sensación de que hay un muro invisible y chillón entre la historia y nosotros, de que lo que ocurre dentro del encuadre, por algún motivo, no es real. Todo parece coreografiado, exagerado, y no apoya una historia que debería en el intimismo tener su gran baza: al fin y al cabo a lo que asistimos es al drama y acoso psicológico de unos jóvenes desplazados del campo de combate al campo de juego, de la guerra a la parafernalia panfletaria de un país demasiado infantil como para comprender el trauma.

Pero el problema también reside en un guión que no define su tono y su mensaje. Pudiendo haber sido El Regreso de nuestra generación, Billy Lynn se queda más en una anécdota hipervitaminada, que no afila su capacidad crítica y satírica, ni tampoco ahonda en el trauma.

De sus actores, se aprecia la entrega del debutante Joe Alwyn, y sólo Kirsten Stewart llega a emocionar al personal, tal vez porque sus emociones y reacciones son las más reconocibles de este contexto: la guerra sólo produce dolor, y da igual cómo eso se maquille, filme o vista.
jaly
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