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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama Un cuento moderno sobre la obsesión por la popularidad. Stafford Weiss es terapeuta y escribe libros de autoayuda. Tiene una mujer sobreprotectora, un hijo antigua estrella de la TV en rehabilitación y una hija que acaba de salir del psiquiátrico. La principal cliente de Stafford es una famosa actriz, a punto de interpretar el papel que hizo su madre en los años 60. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las estrellas, esas grandes desconocidas. No importa la era digital en la que vivimos, la exposición permanente de las estrellas con sus caras más interesantes y/o banales; las estrellas siguen provocando ese extraño poder de fascinación, ese tabú sobre sus puntos más bajos, ese morbo por lo rutinario de unas personas como cualquier otra pero ¿bendecidas? por el don de la popularidad.

Lo que en otras manos hubiese sido vacuo y morbo gratuito (recuerdo películas que nadie recuerda, con razón, como The Canyons, The Informers o Golpe al sueño Americano), en manos de un genio como Cronenberg se convierte en una afilada sátira a la vida privada de esas estrellas, a la rutina desmoralizada de sus días, a la negociación sin escrúpulos de unos futuros afilados como una guadaña. Es cierto que, dada la personalidad particular de Cronenberg en otros de sus trabajos recientes (más salvajes en la forma como Cosmópolis, o más educados como Un método peligroso, Una historia de Violencia o Promesas del este), parece que en Maps to the Stars ha dejado por delante a sus actores y al guión en lugar de una puesta en escena muy definida en estilo, pero esa frialdad, esa cámara que sólo observa la dejadez humana de sus personajes, es también un poder absoluto de su mapa de las estrellas.

Porque hay que ser muy valiente o muy osado para cargar contra Hollywood de la forma en que el guionista Bruce Wagner y David Cronenberg lo hacen. Más allá del cotilleo o el chascarrillo, Maps to the Stars muestra la fealdad, la obsesión y el arribismo a cualquier precio, por encima de cualquier valor; y lo hace de forma clara y directa. Eso resta interés a la trama familiar del guión, pero el arrojo de la crítica y la sátira, y la valentía de sus intérpretes, hacen de Maps to the Stars una experiencia tan inusual en el cine americano, que cualquiera con curiosidad por el inframundo hollywoodiense, alucinará con la explícita sorna de una película como esta.

Hablando de la valentía de sus intérpretes, hablo de todos ellos, pues el grupo al completo hace un trabajo fascinante. Pero hay una en particular sin la cual esta película no existiría, y ésa es por supuesto Julianne Moore. Siempre he pensado que es una de las mejores actrices del cine moderno, ya sea en grandes películas (Boogie Nights, Safe, Magnolia, Las Horas, Los chicos están bien, A single Man, Lejos del cielo, I’m not there, El fin del romance, Hijos de los Hombres), o en otras por debajo de su talento (A ciegas, Savage Grace, Hannibal, La Ganadora, Chlöe, La vida privada de Pippa Lee, Atando Cabos…). Pero ella siempre es excepcional, una exhibición de talento, de arrojo, de una forma tan desnuda (literalmente muchas veces) que muchas actrices de Hollywood nunca lo harán en sus carreras. Es capaz de trasformar su cuerpo sin prótesis, maquillaje o cualquier artificio, sino desde el interior. Y capaz de pasar de un estallido de risa a un patético llanto. La actriz hortera, desfasada, chabacana, falaz, arribista, adicta y superficial que crea con su rostro, su cuerpo y su alma en Maps to the Stars, es a la vez tan explosiva como simbólica, tan expresionista como grotesca, tan memorable como cualquiera de los otros irrepetibles personajes que una de las mejores actrices de nuestro tiempo ha creado. Ella es la estrella y el mapa a las estrellas, de esta dura y mordiente historia sobre los recovecos de las candilejas fundidas.
jaly
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