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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
10
Drama. Romance Varias personas se cruzan de forma azarosa e incluso peligrosa en los parques, piscinas y calles de su barrio. Una madre aburrida (Kate Winslet) se hace amiga de Brad (Patrick Wilson), un hombre que se ocupa de la casa y de su hijo mientras su mujer (Connelly) trabaja. Larry (Noah Emmerich), un amigo de Brad, empieza a inquietarse por la presencia en las calles de un pedófilo recién salido de la cárcel (Haley). (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra maestra. Para comenzar a vivirla, lo que hay que hacer es ver su impresionante tráiler. Después, sumergirse en la película. Intensa, dura, difícil, pero imprescindible. La realización es impecable; la forma de Field de expresarse en sus películas es la de cuestionarse, no decir lo que es correcto o no, poner en el filo de la navaja a sus torturados personajes para preguntarse que haría un ser humano cualquiera en una situación límite. Su realización nos muestra de manera costumbrista la vida de unos humanos cualquiera, fusionando ese realismo con una fuerza poética visual que no deja apartar la vista de la pantalla (como escena de la piscina, la lectura, los encuentros sexuales, la cena o el clímax final...), gracias al uso del sonido y la iluminación. El guión se trata de una obra de ingeniería emocional abrumadora. Los diálogos fluidos se mezclan con las mil lecturas argumentales y metafóricas que se le pueden dar, a la par que el narrador omnisciente ejerce de protagonista imparcial de la historia sin juzgar en ningún momento a sus atormentados personajes, sólo dando a conocer sus recovecos emocionales.
El reparto perfecto, equilibrado. Cada personaje ejerce un papel esencial tanto en la parte técnica como en la emocional de la historia. Si Winslett ya ha demostrado en innumerables ocasiones lo excelente actriz que es (tantas como películas), en esta alcanza la cúspide de todos los papeles hasta ahora. Su interpretación sincera, sensible, consigue transmitir todos los sentimientos del renacimiento que vive su personaje a través de su mirada, su cuerpo, sus palabras. La sorpresa la da Wilson, en un papel poco explorado en el cine: marido casero, padre y madre de sus hijos, encerrado en una jaula de muebles de oro, en una vida perfecta y en unos sueños inalcanzables. Connelly aprovecha las pocas líneas de diálogo con una cámara a la que hipnotiza con su mirada, sus ojos, más bellos que nunca, expresan la tormenta emocional que vive su poco acomodaticio personaje. El hasta ahora desconocido Earle Haley es uno de los personajes más angustiantes que hemos visto en una pantalla, lastrado por el dolor y la culpa, la maldad y la inocencia, protagonizando una de las escenas de terror más aterradoras del cine (la casa, con los relojes...), en una interpretación desgarradora y tensa, digna de todos los elogios que se le puedan hacer. Ellos deambulan por el mundo del film, expuesto, de jardines y emociones milimetradas, en el cual es pecado el soñar, jugar, o amar como un niño, a pesar de que tal vez sea la forma más sincera que tenemos los adultos de comportarnos. Lo peor: el título español, previsible y plano, alejado del lirismo y el significado del inglés. Todo aquel que se ha sentido solo, que se ha sentido acompañado, que ha tenido sueños, que ha protegido a sus seres queridos por encima de todas las cosas y que ha amado por un segundo su estancia en la tierra, se emocionará con Little Children.
jaly
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