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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
6
Drama. Romance Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
4 de noviembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Viendo Los Abrazos Rotos no puedo despegarme de la molesta sensación de que el magnífico cineasta Pedro Almodóvar está enamorado de su historia, quizá demasiado enamorado. Demasiado enamorado para ver las grietas que su propio guión tiene, y demasiado enamorado para tratar con humildad una historia demasiado grande y demasiado lejana para un director que siempre se ha caracterizado por los pequeños detalles y los conflictos cercanos.

Porque haciendo un malvado juego de espejos, uno ve al director manchego como el propio protagonista de su historia, un director obsesionado por acabar su obra, sea como sea, por encima de quien sea, y tomando cualquier decisión incasable con su propio argumento para satisfacer su deseo. Quizá en eso si pueda verse Los Abrazos Rotos como una obra muy personal de Almodóvar, pero si es así, prefiero que nos mienta un poco y se inmiscuya menos su persona en su faceta de contador de historias.

Y también como el director ficticio, el director real tiene a su musa. Penélope Cruz. Pese a no ser la protagonista absoluta de Los Abrazos Rotos, si es su pulso y su centro, y aunque la labor emocional y la belleza de la actriz son incuestionables, si echo de menos una construcción de personaje más completa, como las de, sin ir más lejos, Volver o Vicky Cristina Barcelona.

Por otra parte, lo mejor de la cinta es también y curiosamente la labor de Almodóvar, como cineasta, pero en el apartado técnico. Su uso de la fotografía, el color, el montaje y la música, siguen siendo apasionantes, aunque aquí la propia historia haya sido su talón de Aquiles. Y desde luego sus interpretaciones, para mí, las de Lola Dueñas, Ángela Molina y Cármen Machi, sin olvidar a Blanca Portillo, probablemente la mejor actriz actual del panorama español, por su entrega, verdad, profesionalidad, carisma, como lo demuestran sus incursiones en televisión (7 vidas), cine (Volver, Siete mesas de billar francés, esta misma), o teatro (Afterplay, Hamlet, y Barroco – uno de los espectáculos más sobrecogedores que he visto).

En definitiva, una interesante y poderosa historia de amor fou, de locuras transitorias y de grandes y trágicos destinos, quizá demasiado absolutos como para que nos resulten creíbles y emocionantes.
jaly
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