Luv Besson, director y productor francés, es un cineasta personal, imaginativo. Hace cine comercial con gotas de sutileza.
En este caso nos cuenta una historia de desamor (primero), amor (después) y violencia (en todo momento). Una niña de doce años (excelente Natalie Portman) se enamora de un solitario hombre maduro, analfabeto, inculto, profesional (asesino a sueldo); y él se enamora de la niña. Los pasados de ambos personajes explican y justifican la situación.
Es interesante cuando al principio de la película, la niña (Mathilda) le pregunta al profesional (Leon): ¿La vida es siempre así de dura o solo cundo eres niño? y él le contesta: Siempre es dura.
Esta historia de amor tiene lugar en un entorno de gansters, policias corruptos y asesinos, en el barrio neoyorkino de Little Italy. La violencia está siempre presente; de forma explicita e implícita (la niña quiere usar balas de verdad en los "entrenamientos" y empezar a "limpiar")
La "encantadora" niña es en realidad una enferma, victima de una niñez traumática, pero cae bien. ¿es buena? No mucho.
Sin embargo, la historia (en principio tan atractiva) queda plasmada de una forma superficial.
Tan superficial que no engancha. La película aunque meritoria, original y relativamente valiente, resulta algo fallida. (Haría falta un Kieslowski o Polanski para rematar la jugada).