Si hace tiempo que no ves una película de aventuras, ésta de John Huston es ideal para recuperar la fascinación por los viajes peligrosos, las historias que se cuentan al amor de la lumbre, los exóticos paisajes, los misterios y leyendas que manan de libros-novela o de libros-documento.... y lo satisfactorio que resulta convertir lo increíble en cotidianos relatos.

Las cosas transcurren por los caminos de tinta de Kipling, las montañas de hielo del Himalaya y el antiguo reino de Kafiristán, al que llegan dos aventureros poco escrupulosos con el afán de conseguir poder y fortuna.

Muy recomendable para quienes quieran empezar en esto del cine y para los que deseen volver hacia atrás, a las salas de asientos de madera en las que se comían pipas y pan con chocolate o nocilla, se aplaudían las irrupciones de los buenos, se reían a coro las gracias del amigo del "artista" y se pagaba un duro por la entrada, considerándolo siempre una buena inversión.