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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Comedia. Drama. Musical Taiwán sufre una terrible sequía. En televisión se dan instrucciones para ahorrar agua al mismo tiempo que se promueve el consumo de zumo de sandía. Sin embargo, cada uno tiene sus propios métodos para encontrar agua. (FILMAFFINITY)
28 de diciembre de 2020
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi, las películas que no me gustan, no me provocan tantos efectos secundarios como a algunos de mis ilustres colegas de filmaffinity les ha causado esta curiosa y peculiar comedia taiwanesa. Fobia a las cucurbitáceas, ansiedades perpetuas, aburrimientos imperdonables, ascos denunciables, silencios asesinos... ¡No será para tanto!. Puedo entender que les haya decepcionado; que la llamativa perturbación que precedía a la obra de Tsai Ming-liang les haya fustigado en la cara, no en vano el morbo (que llevó a muchos a la sala o al salón) significa precisamente: "Atracción hacia acontecimientos desagradables" ; por lo tanto no debieran sentirse tan engañados.

Los enamoramientos en Taipei, un verano caliente y con restricciones de agua, no funcionan como si la pareja viviera en Alcorcón o en Baños de Montemayor. Tampoco los asiáticos que habitan una isla a tiro de piedra de China son tan locuaces como los andaluces. ¡Qué se le va a hacer! Las culturas son ricas en matices y los seres humanos, aunque nos parecemos en muchas cosas, somos, afortunadamente, muy diversos. No hay que considerar raro al que no actúa, piensa u obra como los "civilizados occidentales"; simplemente, ellos se lo montan de otra manera.
Los directores de la "Segunda Ola" del cine chino tampoco cuentan las cosas como los academicistas estadounidenses o europeos. Por eso precisamente son muy apreciables los puntos de vista de los creadores de otras latitudes, y si somos los de aquí quienes queremos acercarnos a sus universos únicos y originales, tal vez deberíamos ser un poco más respetuosos con sus propuestas, o pasar cortesmente de su oferta para no dañar la sensibilidad de nuestros estómagos, no preparados para exquisitos guisos con insectos fritos.

Yo no desprecio un buen plato de saltamontes, serpientes o blancos y suculentos gusanos de la madera. Tal vez por eso me ha llamado poderosamente la atención esta historia singular con múltiples hilos de donde jalar: amores de verano, soledades institucionalizadas, deshumanización tecnológica, ridículos gobernantes, sueños que alguna vez no lo fueron, discreción silente...Un drama que se convierte en cáustica comedia si la ves alejado; y, para más inri, sin agua en el cubo.
Sinhué
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