Sin conseguir el grado de necesidad psico-fisiológica de la obra en la que está inspirada: "En la cama" del chileno Matías Bizé, sobre el guión de Julio Rojas; Medem intenta desnudar el alma de dos mujeres que se niegan a pasar solas una noche de dudas existencialistas, y en algunas ocasiones lo logra.

Las buenas interpretaciones, y también la belleza de la fotografía y de sus protagonistas hacen que esta historia de dos desconocidas no sea la crónica nocturna de un desesperado calentón. Las escenas de sexo están tratadas con la suficiente delicadeza como para reconvertir en delicados juegos amatorios lo que en manos de otro director hubieran sido furibundos ataques pasionales, aunque el lenguaje en ocasiones bordee floridos campos pornográficos.

Por supuesto, nada que ver con lo mejor de Medem (Los amantes del círculo polar, Vacas....), pero perfectamente válido el acercamiento del director vasco a otro mundo de sentimientos oculto para la mayoría.