Argentina suele ser un país a tener muy en la cita de los Oscar pues selecciona muy bien sus trabajos, pero desde mi opinión, no creo que las tenga todas consigo para meterse entre las cinco candidatas finales de este año, aunque quedan muchas por ver y nunca se sabe que puede deparar la suerte.
Es una película contenida, podría haber sido más ambiciosa pero se ha quedado en un trabajo que destaca en algunos momentos pero que se siente un poco presa de un suspense a medio gas. La banda sonora ayuda a tener presente esa intriga que lejos de ser evidente está presentada de una forma más sutil.
Las actuaciones destacan en el personaje de Alex Brendemuhl, un gran acierto, que desde su personaje le da una personalidad, fría, misteriosa y tenaz a un médico alemán que sostiene mayormente el peso de una película falta de diálogos y de contenido, porque tema para profundizar había, pero igual la directora no pretendía eso.
Un detalle, el poster de una película tiene que ser no un aliciente pero por lo menos lo suficientemente atrayente como para insinuarte cierto interés, y la verdad es que este no está a la altura de lo que promociona. Si no fuera porque ha sido seleccionada para competir por el Oscar seguramente me habría echado atrás.
Personalmente le doy mucha importancia a un poster pues es el reclamo y por tanto suele ser el reflejo de una película, dependiendo también del género que se quiera vender. Este no ha sido un buen trabajo de captación ya que el creador del poster se luce con tan creativo diseño y composición, copia y pega a un nivel mediocre, y ahí lo dejo que me conozco.
Hacía tiempo que no me encontraba con películas en las que el nazismo estuviera presente.
En "El médico alemán", consigue que sintamos, de una forma más contenida pero a su vez terrorífica, el poder de esa supremacía e interés por investigar lo desconocido.
Después de todo, es un trabajo que aunque no ilumine de una forma radiante es una opción interesante para acudir al cine.