Se ven tantos bodrios en el cine, que hay veces que te asaltan las ganas de levantarte y decirle a la película; "ahí te quedas". Por eso cuando llega un film entretenido y correcto que te hace pasar una buena tarde, lo agradeces.
Este es el caso de Resident evil. Una película que combina con bastante acierto terror y acción, conduciendo un argumento de pura serie B con gran elegancia y estilo.
La película tiene momentos fantásticos y situaciones francamente intensas que te harán desgarrar el apoyabrazos de la butaca.
La decoración, muy tecnológica, está bien resuelta (sin maquinitas fantásticas inverosímiles). Y el deambular de los personajes por las instalaciones no sufre bajones de interés en ningún momento. Dichos personajes mantienen una interpretación correcta, que hace que te creas todo lo que te están contando.
La cinta divierte y entretiene de igual forma. No es un clásico que pasará a la historia, pero si una buena forma de empezar a hacer adaptaciones decentes del videojuego al cine.