Luego de un breve recordatorio de los eventos pasados, cortesía de La Novia misma (Uma Thurman), entramos a los capítulos que forman la película, en los que la implacable mujer lucha contra sus antiguos colegas, Budd (Michael Madsen) y Elle Driver (Daryl Hannah), tratando de llegar hasta Bill (David Carradine), el líder del grupo de asesinos responsables por haber asesinado al prometido de La Novia y a sus amigos durante su boda (aunque algunos de estos eventos se rectifican durante la película).

Y aunque no es muy difícil estimar el final de la historia, lo interesante es cómo se llega a dicha conclusión, y el modo como cambia nuestra percepción de los personajes que creíamos conocer.

Aunque el contenido de acción es menor en "Kill Bill, Vol. 2", las peleas son mucho más impactantes, pues conocemos las ocultas motivaciones de los personajes y sus propósitos... esta vez las intensas batallas con espadas, puños y demás objetos tal vez sean más cortas, pero ya no funcionan sólo como adornos y homenajes al cine de artes marciales... están genuinamente contribuyendo a la narrativa, fortaleciendo la historia y extendiendo nuestra comprensión de los personajes.

Hay un interesante discurso sobre super-héroes cerca del final de la cinta (no se preocupen... tiene perfecto sentido en el momento que aparece) que parece contener el centro temático de la historia y sirve como una explicación perfecta para los auténticos motivos del supuesto villano.

Tiene brillantes diálogos, vistosas actuaciones y el simple placer de ver un ferviente homenaje al cine oriental de artes marciales, compensan cualquier limitación narrativa, haciendo de "Kill Bill, Vol. 2" una fascinante experiencia fílmica, compleja en su tratamiento de motivaciones y sentimientos.