El Oscar debió ser para "Lion" o "La la land" y no para la sobrevalorada "moonlight". Un drama que clava dagas en el alma, desgarradora historia sobre la pérdida, la pobreza y el reencuentro del pasado. Soberbias actuaciones de Nicole Kidman y Dev Patel, potentes y emotivos justificando sus nominaciones. Bellas locaciones de la India de los ochenta y Australia actual. Dos países unidos por el niño protagonista, el hilo conductor es provocar las lágrimas de manera sensible, real, honesta y lo logra partiéndonos el corazón en todo momento. El final es de lo más conmovedor y duro que he visto en muchos años. La tristeza te embargará hasta el último tramo pero con un aire esperanzador que alegrará el corazón. Sin caer en cursilerías una muestra de cine hecho con garra, con hermosa partitura musical y una notable edición. Cruel como la vida misma, profundamente conmovedora hasta el llanto y reflexiva. Estupenda.