Nueva versión del simio gigante que en ésta ocasión es 10 veces más enorme y fuerte, alejada de la historia clásica; aquí no veremos a Kong trepando el Empire State de Nueva York. Es una aventura centrada en la isla con un contexto ecologista y situada en 1973 y no en los años treinta. Con el termino de la guerra de Vietnam como trasfondo, es una expedición con mucha carne disponible para el disfrute del espectador ansioso de ver criaturas gigantes devorando personajes. La diferencia es que aquí algunos personajes centrales son bi dimensionales y en algunos momentos te importa lo que les suceda. El cuadro de actores es multiestelar y sobrio, desde una ganadora del Oscar hasta Samuel L. Jackson quien realiza una interpretación increíble. El ritmo es acelerado, el comienzo es directo, el simio descomunal aparece sin tanto misterio y conforme avanza vemos una serie de criaturas impactantes y una bella fotografía en locaciones impresionantes. Efectos de primera categoría con un nivel de progreso técnico excelente. Los clichés ahí están, estereotipos, la tribu, el personaje perdido y rescatado desde hace años y situaciones de persecución pero todo aderezado con un sublime manejo de cámaras y un estilo que apantalla toda la acción frenética de la película. Tiene situaciones predecibles pero entretiene como los mejores blockbuster de Hollywood, es como un Jurassic World; intenso, violento y sangriento. Quedarse al final de los créditos -spoiler- y ver la escena puente del próximo GODZILLA (2019) insinuando con imágenes un enfrentamiento con King Ghidora, rodhan y mothra (adversarios de Godzilla en películas japonesas) y el esperadísimo enfrentamiento GODZILLA Vs. KING KONG (2020). La cinta cierra con un estruendoso rugido Godzillezco. Aventura y acción con adrenalina.