Es una película que lleva a la vida la icónica atracción de Disney. La historia sigue a Ben, un no creyente en fantasmas, que visita la mansión embrujada y pronto se da cuenta de que hay extrañas fuerzas paranormales en juego. Explora temas de fenómenos sobrenaturales, misterio y el poder de la creencia.

Anclada por una actuación fenomenal de LaKeith Stanfield, conocido por su trabajo en "Atlanta", el reparto ofrece actuaciones sólidas. La interpretación de Stanfield de Ben aporta profundidad y empatía al personaje, capturando la atención del público. El reparto en conjunto también contribuye al éxito de la película, creando una camaradería agradable, reminiscente de "Ocean's Eleven".

Simien construye un suspense fascinante, llevando a los personajes a través de pasillos estirados y secretos cubiertos de telarañas. Los elementos visuales de la película son visualmente deliciosos, creando una experiencia visual atractiva e inmersiva.

La partitura y el diseño de producción contribuyen a la atmósfera general de la película. Juegan un papel importante en la creación del ambiente embrujado de la mansión.

Quizás el mayor problema de este film es su configuración torpe, narración somnolienta y ejecución hueca, algo que es salvado gracias a su ritmo fresco y dinamico.