He salido del cine francamente muy satisfecho después de haber estado dos horas literalmente enganchado a "El método".

La película superó lo que me esperaba y creo que se le critican algunas cosas que en un filme americano, por ejemplo, se aceptarían sin más. Tal vez, muchos no estén familiarizados con lo que pueden llegar a ser las entrevistas de trabajo en determinados niveles, pero no crean que lo que se enseña en esta obra de Piñeyro está muy alejado de la realidad. Lo importante de todos modos, es que una vez metidos en la historia, el director, los actores, el ritmo de la cinta, hacen que te lo creas, que te atrape desde los primeros planos.

Brillante trabajo de puesta en escena que consigue dotar de un gran dinamismno a un filme claustrofóbico, que prácticamente transcurre en una sala de reuniones y algunas adyacencias.

Las actuaciones son un auténtico festival, especialmente las de Ernesto Alterio, Eduard Fernández, Pablo Echarri, Carmelo Gómez y Adriana Ozores. El texto de un magnífico guión y la cámara de Piñeyro les dan todo para que se luzcan, y ellos lo aprovechan al máximo. Realmente se me hace difícil recordar una película española reciente en la que podamos asistir a un despliegue actoral de estas características. Como el dramatismo se instala desde los primeros minutos, los actores ya están llamados a dar lo mejor de sí mismos en cada plano, no habiendo prácticamente diferencias entre principales y secundarios.

Creo que, sin desmerecer su trabajo en otros filmes, al menos para la mitad de los protagonisas ésta es la mejor película en la que han participado.

Coincido con las declaraciones del director en el sentido de que esta obra traspasa la anécdota de un duro proceso de selección laboral y "nos habla de toda la sociedad, de la ferocidad que puede haber en nosotros".

La fotografía, el estilismo y la dirección de arte contribuyen además, a darle a "El método" un acabado de gran calidad.

A mí me gustó mucho. Ojalá tuviésemos mucho más cine de este nivel.