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España España · Salamanca
Voto de La Maga:
9
Drama Condenado a cumplir pena de siete años por tráfico de drogas, a Monty Brogan le quedan sólo 24 horas de libertad antes de ingresar en prisión. Después de haber sido el rey de Manhattan, Monty está a punto de decir adiós a sus sueños de grandeza y al disparatado tren de vida que lo alejó de quienes lo querían de verdad. En esas últimas horas de libertad intentará recuperar la relación con su padre (Brian Cox) y con sus dos mejores amigos ... [+]
23 de abril de 2007
51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spike Lee puede descansar tranquilo gracias a su última película, su primera y única obra maestra que, paradojas del mundillo cinematográfico, ha sido abandonada al circo de los leones sin apenas promoción y nula resonancia crítica. Si Spike Lee ya había demostrado su talento de sobra en títulos como “Fiebre salvaje”, “Malcolm X” o “Haz lo que debas”, con “La última noche”, alejado ya de toda temática exclusivamente afroamericana, compone una entrañable historia de redención, al mismo tiempo que le regala a su amada New York el más bello poema posible en estos tiempos apocalípticos en que vivimos (antológico el diálogo frente a la Zona O).
Además, para contentar a sus detractores, desaparece todo signo panfletario característico en su filmografía, y sustituye su habitual dogmatismo por un relato en el que la humanidad, y la falta de ella, resulta ser la base primordial de los personajes, y el motor de su mensaje: después de la caída, es posible levantarse. La cinta está basada en la novela original de David Benioff, y su trama, con un punto de partida aparentemente nimio, se desarrolla alrededor de las últimas 25 horas (de ahí el titulo original, 25th hour) de un camello antes de ser ingresado en la cárcel durante un período de siete años.
Monty Brogan está a punto de caer derrotado. Se avecina una tragedia en forma de rejas, palizas, violaciones y destrucción total de la personalidad. Por eso, acepta con resignación su culpa, y comprende que sólo queda una escapatoria posible: cambiar, curar el alma herida, y empezar a construir una nueva - linda metáfora del ll-S. Para ello, será indispensable aclarar las sospechas que apuntan a su novia como delatora, comprobar que la amistad no es un globo que se hincha (dos amigos: un asesor financiero de Wall Street - excelente Barry Pepper -, y un profesor de literatura inglesa en la universidad obsesionado con una alumna), y acabar con todo pasado vinculado a la mafia, además de con las posibles repercusiones que esto pueda acarrear a su padre, propietario de un pub irlandés.
Spike Lee logra atrapar al espectador de principio a fin. No puede evitar enamorarse de su antihéroe (Edward Norton, el mejor actor de su generación, borda otro papel complejísimo), su admiración por Scorsese resalta más que nunca (precioso el homenaje que le rinde durante el monólogo frente al espejo), y sorprende la contención dramática de sus diálogos, que recuerda a Paul Thomas Anderson.
El fichaje de Rodrigo Prieto (Amores perros, 8 mile) a cargo de la fotografía eleva el film a la escala de puro cine norteamericano. Nunca unos golpes dolieron tanto, ni un perro estorbó tan poco.
La Maga
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