Uno de los más grandes westerns filmados por el viejo Clint, sólo superado por la magistral 'Sin perdón', que todavía hoy sigue siendo la cumbre de toda su carrera; incluyendo todas, ya estén filmadas en las praderas americanas o en un ring de boxeo.

La sobriedad, dureza, inteligencia y sutilidad con la que planifica este cuento es digna de los mejores autores que hicieron de este género su preferido a la hora de realizar películas. Es muy interesante el tratamiento que hace del tiempo y el espacio, que al fín y al cabo son la esencia del cine, como demuestra una frase que oí una vez a uno de mis profesores: "El cine es abrir una ventana al espacio para jugar con el tiempo".