La piel que habito es una película que te deja sin palabras, la originalidad está plasmada en cada segundo de ella.

Es un concepto totalmente diferente, imponente, pero esperado de Almodóvar. Una cinta fuerte, pero que conforme avanza te llena de intriga y hace que todos instintos estén alertas de lo que seguirá ocurriendo.

La iluminación y la fotografía son excelentes, el paneo y flasback logran transpórtate a ese mundo lleno de mil sensaciones extrañas.

Un elemento fundamental fue la música, que armonizaba y hacia perfecta cada escena, llenándote de expectativa la habitación.

Una cinta, dura de ver en el principio, pero que con el transcurrir te envuelve en la trama y termina ganándose con honores cada minuto que se le dedica.

Inesperado fue el final y trágico desde el punto en que la historia te dejaba percibirlo.