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España España · Puente Caldelas
Voto de Fag1955:
8
Terror Melanie, una joven rica y snob de la alta sociedad de San Francisco, conoce casualmente en una pajarería al abogado Mitch Brenner. Él, que conoce por la prensa la alocada vida de Melanie, la trata con indiferencia y se va de la tienda dejándola bastante irritada. Ella, que no está acostumbrada a que la traten así, encarga unos periquitos y se presenta en la casa de la madre de Mitch, en Bodega Bay. En cuanto llega, los pájaros, ... [+]
3 de diciembre de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si los pájaros son interesantes o no: quiero decir: si representan algo en la película
¿Por qué atacan los pájaros? ¿Y qué más dará? Lo importante es que los pájaros están ahí, y sabemos que en cualquier momento pueden atacar.
Hitchkock se pasa un buen rato sin ningún ataque: gran parte de la película es Tipi Hedren con una sonrisilla un poco bobalicona queriendo encontrarse con Rod Taylor, que es un mozo apuesto, simpático y soltero. Y para ello cruza un lago en una barca, y llega a la casa de Rod, y la madre de éste la mira un poco antipática, y luego conoce a Suzanne Pleshette, que estaba muy guapa y que era la maestra del pueblo, y hablan de cosas sencillas, y la película va pasando y te olvidas de que los pájaros pueden atacar en un momento dado, y te dices: todo podría seguir así y no me aburriría... pero... ¿estás seguro? ¿Estás seguro de que no te aburrirías si supieras que toda la película se la va a pasar el maestro Hitchckok así, sin ningún ataque?
No. Y por eso atacan los pájaros: porque estaban aburridos. Los pájaros decían a Tipi: eh, que nos estamos aburriendo.
Yo creo que estos pájaros son un poco como nosotros: que miramos a los protagonistas y disfrutamos sus conversaciones y sus bellezas y encantos, pero al mismo tiempo les avisamos: ojo, que como no hagais o no digais algo interesante, os apago o hago zaping.
Yo creo que va de eso la película: de pájaros que se asoman al zaguán de sus ventanas a verlos mirarse y a escucharles decirse cosas, como ocurría en "La ventana indiscreta", y de repente: zas, un pájaro se cabrea porque se aburre y picotea; pero vamos: que podría ir de cualquier cosa que a cada uno se le ocurra, porque como decía un pájaro de buen agüero, la obra de arte, una vez que sale del artista, pertenece al público.
En este caso, yo, público con derecho a pertenencia o al menos con derecho a voto y a crítica, lanzo mi visión sobre los pájaros que tenía Alfred en la cabeza, que no sobre los de Dafne de Maurier, cuya novela leí pero no quiero recordarla, no porque no me gustara, sino porque no me acuerdo de ella, quizá porque me encontraba en aquel instante en la playa, y había gaviotas en la orilla con las alas extendidas y los picos haciendo ñac ñac ñacañac. Y recordé que una vez, de chico, de una pedrada bien lanzada herí a una de ellas. Y pensé que tal vez esa gaviota llamara a las otras gaviotas de la bandada y tomara cumplida venganza. Y me acordé de Bach y su Juan Salvador Gaviota, y de la música de Neil Diamond, y me entretuve contemplando el cuerpazo que lucía mi señora en biquini camino de la orilla, y le dije:
-¡Ten cuidado con aquella gaviota, a ver si te ataca. Y ella me respondió, arrojándome un puñado de arena a los ojos:
-¡No me metas miedo, hombre qué mala idea tienes!

Continuaré...
Fag1955
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