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España España · madrid
Voto de borx:
7
Drama. Comedia Cinta británica independiente. Durante las vacaciones de verano de 1983, Shaun, (Thomas Turgoose), un niño solitario cuyo padre ha muerto en la guerra de Las Malvinas, es adoptado por un grupo de cabezas rapadas (skinheads). Con sus nuevos amigos, Shaun descubre las fiestas, su primer amor y las botas Dr. Martens. Uno de sus amigos es Combo (Stephen Graham) un skin racista que acaba de salir de la cárcel. (FILMAFFINITY)
3 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a jugar, no a cualquier cosa, sino que vamos a jugar a un juego fácil, de niños. Todos nos divertiremos y lo pasaremos bien. No hay problemas, no hay preocupaciones. Tenemos 12 años y lo que hagamos no importa. Quizás lo más grave sea un castigo del director, tal vez unos azotes. Además nuestro padre acaba de morir y sabemos que nuestra madre nos consentirá prácticamente cualquier cosa. Nos quiere y sabe por lo que estamos pasando.
Eso es lo que nos propone Shane Medows jugar a un juego. Y nos lo plantea bien, con su libro de instrucciones e incluso un ayudante para que no nos perdamos. Como si tuviéramos 12 años. Primero nos da buenas pistas para saber de qué va la cosa, para que nos entretengamos y nos hagamos con la idiosincrasia del juego. Quiere que queramos jugar más. Los personajes que conocemos al principio nos caen bien, podemos sentirnos incluso a gusto con ellos, es más, son buena gente, a su manera, pero buena gente. Digamos que nos permiten avanzar hacia la siguiente casilla. Esta nueva casilla empieza a tambalearse. No precisamente porque el juego se esté deteriorando, sino porque se vuelve mucho más complejo. Es más empiezo a pensar que no es un juego. Ahora estoy atrapado.
Medows ya te tiene, y de ahora en adelante no nos queda más que seguir avanzando hasta el final, lo bueno es que no lo haremos solos. Aunque no tenemos muy claro que nuestra compañía sea de fiar. Lo malo es la primera parada, sólo esa parada, es donde nos perdemos. Porque Medows quiere inmiscuirte en los entresijos del movimiento nacionalista inglés. Pero creo que no lo consigue. El discurso es efectista pero de poca lucidez, y es que el que más vítores produce es un “gordo retrasado”. No me lo acabo de creer, aunque creo que no podía faltar, eso sí, de otra manera. Además me parece necesario, pues hemos llegado al punto donde todo gira alrededor de una bandera, la de “England”. Pero salvando el obstáculo recuperamos el buen sentido. Y Medows nos devuelve las riendas para llegar a la última prueba del juego, aquella donde la lección toma los carices más interesantes y dónde de verdad descubrimos si queremos jugar más o no. Es cuando la cosa se pone seria de verdad. Y Medows sigue dominando el espectáculo, tampoco es que a partir de aquí todas las situaciones sean memorables, pero alguna que otra es bastante hiriente, justo lo que creo que pretende. Y en concreto una de ellas es muy hábil, te deja clavado en la butaca. Muy bien contada y muy bien representada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
borx
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