Después de un piloto prometedor, la serie divaga ente escenas incongruentes y violencia gratuita sin sentido para rellenar el largo minutaje de cada capítulo.

Los personajes no generan empatía alguna, los chiste son forzados y sin gracia y el misterio de utopía se esfuma a cada plano, cada vez más redundantes y sin sentido.

El remake es del 2020 y como todo lo que se hizo de esa fecha en adelante esta cargada de ideología progre woke, empoderamiento supino, diversidad racial obligatoria, parejas interraciale, etc. El toque LGTB se le presupone a la protagonista, que además de ser mujer, empoderada, étnica, alternativa, seguramente sea de “identidad sexual no binaria”.

No me voy a quedar para comprobarlo. Yo me bajo. 4 capítulos han sido suficientes. Ni la trama ni los personajes motivan a seguir perdiendo el tiempo.

La serie original no la he visto, no estoy comparando con la versión inglesa. Esta serie en si, es aburrida y cargada de los nuevos tópicos. Una pena porque ya no creo que le otra oportunidad la versión original, que dicen que esta mucho mejor y es anterior al 2020 y la dictadura woke.

Que el malo malísimo de la serie, el conejo “blanco”, sea el personaje de un hombre blanco heterosexual rico y triunfador, no es spoiler, es un cliché repetido hasta la saciedad en la nueva dictadura progre de pensamiento único.

Y que el personaje masculino blanco heterosexual sea un psicópata odioso desalmado y sin escrúpulos, es uno de los mantras más repetidos e infames del adoctrinamiento que estamos viviendo.