El filme de Hawks es uno de los más atípicos en el Western. La trama está conformada por un dúo perspicaz, diferentes personalidades que harán de esta historia un entretenimiento y una acción formidable a lo largo del filme. El dúo del que hablamos no será monótono puesto que la realidad que otorga al Western al retratar el problema del alcoholismo supondrá una sustitución del individuo por otro joven inexperto, pero dispuesto a servir a la ciudadanía bajo la consciencia de un mundo ambivalente.

Que se inmiscuya el problema de la adicción en el relato acompaña a la exigencia de exponerse ante los bandidos con la capacidad de establecer el orden y la justicia en todo momento desde el cuerpo de los Sheriff, cosa no tan destacada en el género por lo general. Otra de las cosas que despoja al filme del drama y arremete con la crueldad normalizada de su mundo es la concepción del asesinato como algo cotidiano, trivial e incluso cómico, de hecho, las escenas humorísticas están presentes en el argumento.

La sobreabundancia del diálogo es un esfuerzo constante para retratar la cotidianeidad de la vida del Sheriff en el lejano Oeste, lo que explicaría también el atisbo de la mujer frente a la figura paternalista del hombre de prestigio por parte de la figura de John Wayne. No sobraría, siguiendo este principio, la cocción relajada de una relación amorosa, con la intención de interactuar situacionalmente entre los personajes y apartándose de reflejar las pasiones amorosas tan conocidas en la industria del cine.

Mediante espacios mas realistas se describe la presencia del lejano paisaje desértico y se unirá a esto la idealización del espíritu del Oeste a través de la música country, la cual envuelve de alegría los momentos más fraternales y planos de los personajes. El conflicto que proporcionará una culminación al relato está poco relacionado con la tranquilidad y el desasosiego del peligro que se introduce en el argumento. Su resolución se desenvuelve con una ligera acción y una estrategia en las decisiones de los personajes.

Su referencia a "Centauros del desierto" y el repetido leitmotiv logrando avivar la función interna entre los personajes no es una simple función estética, puesto que Hawks personaliza una nueva personalidad de Wayne tratando la justicia organizada, alejándolo de lo conocido. Su apartado ténico ejecutando el contrapicado con el resultado exaltante de un John Wayne por encima de su sociedad está vinculado con este elemento. Además, los tiroteos entre bandos son algo divertido, sin intercambios dramáticos. Al estar desde el lado más comunitario y justiciero del lejano Oeste, la película parece estar más centrada en el humor y en la interacción entre diferentes personajes con elementos comunes que los hacen dinámicos, empáticos y productivos como entretenimiento para el espectador.

Una sutil pero elemental pieza del Western es lo que ha contribuido Howard Hawks en la mitografía de un género que ha demostrado una tentativa a enriquecerse de formas poco convencionales, lo que supone que el género no siempre fue una heroicidad en las raíces estadounidenses.