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Voto de Tony Montana:
10
Western. Drama William Bonney era conocido por todos como "Billy el Niño". Estando encarcelado en Lincoln, después de ser condenado a morir en la horca, llega a sus manos un colt 44, con el que intimida a los guardianes y consigue huir a México. El sheriff Pat Garrett, que en otros tiempos cabalgó junto a él, será el encargado de darle caza. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2006
20 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando alguien se vende al enemigo, al precio que sea, sólo puede esperar una cosa: que sea repudiado por los que antes eran sus semejantes. Y es que el poder del dinero lo mueve todo, y puede romper lazos de amistad, y llevar a alguien a ocultar sus ideales en lo más profundo del olvido si a cambio tiene un plato de comida delante todos los días. El Oeste se ha convertido en un sitio alejado de convencionalismos, Leone lo adelantó, y Peckinpah lo remató, los códigos de honor fordianos, el respeto por encima del dinero, el valor de no disparar nunca por la espalda, todo ello ha muerto. Nada de mitomanías, estos hombres no son héroes que luchan por una causa justa, son asesinos sin escrúpulos que se rigen por unas leyes muy particulares. Aunque también es un canto de cisne a un género que estaba dando sus últimos coletazos, y que agonizaba de muerte.

La principal idea que Peckinpah nos quiere transmitir es la de una amistad traicionada, vendida por un puesto de funcionario, y de la madurez, de la casi vejez, y de como cambian las cosas según la edad que se tenga, y de un hombre, grandioso James Coburn, que se da cuenta de que el mundo está cambiando, pero nadie más que él parece percibirlo. Un hombre cansado de vivir, cuya única motivación es encontrar y matar a su mejor amigo, por un puñado de dólares. Y el viaje de Garret en busca de Kid se convertirá en un viaje para encontrarse a sí mismo, para ver qué ha hecho, y qué hará, y saber si lo que tiene lo merece, o se ha traicionado a sí mismo, tanto como ha traicionado a sus amigos, ya que conforme va asesinando a sus camaradas, va una pequeña parte de sí mismo va muriendo también. También la película nos habla sobre la inocencia, la creencia errónea de que un fuera de la ley puede ser un héroe, alguien a quien venerar, representada en el personaje de Bob Dylan, quien considera a Kid casi un modelo a seguir, sin tener en cuenta cuántas vidas se habrá llevado por delante.

Este film se puede considerar casi una ruptura con el estilo de Peckinpah. Claro que contiene violencia, pero más escasa, pero ciertamente este western es mucho más reflexivo que Grupo Salvaje, casi una continuación del excesivamente lento La balada de Cable Hogue, aunque con un argumento más consistente, y una relación entre los personajes que le llega mucho más al espectador, que, al conocer ambas visiones del mundo, puede decantarse por apoyar a Kid o a Garret. Con unos momentos que el espectador retendrá en su memoria, es ciertamente la película más lírica del director, con algunas estampas que habría firmado el propio John Ford, llenas de magia, mientras suena el Knockin' on heavens door, el tema central de una banda sonora magistral firmada por el polifacético Dylan, aunque si que se le podría acusar en cierto momento de una lentitud algo exagerada, demasiado contemplativa, pero a pesar de ello, Peckinpah rodó uno de los grandes westersn contemporáneos, mezclando lo mejor del clasicismo y lo mejor de su propio estilo.
Tony Montana
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