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Voto de Tony Montana:
7
Western Australia, finales del siglo XIX. El capitán Stanley ha capturado a dos jóvenes de la banda de los hermanos Burns. El trato que Stanley le ofrece al hermano mediano coloca a éste frente a un dramático dilema moral: si decide salvar a su hermano menor de morir en la horca, entonces morirá su hermano mayor. (FILMAFFINITY)
31 de enero de 2008
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de ver algo del tal John Hillcoat, el encargado de realizar la adaptación de la portentosa La carretera. Hasta ahora parece que sólo ha realizado un pseudowestern con algún toque intelectual y algo pedante, para qué negarlo, llamado La propuesta, una interesante aunque algo grandilocuente cinta que confirma a este australiano como un director a tener en cuenta, como a otros compañeros de generación que comenzaron con películas pequeñas para dar el salto a cintas más grandes, aunque también demuestra los errores que puede cometer un primerizo en esa ardua tarea llamada dirigir. Resulta llamativo que una película tan peculiar y diferente al resto de lo que se hace pasase tan inadvertida por la cartelera.

Nick Cave firma un guión descompensado, con una gran fuerza en una parte y flojo y falto de matices en el otro. Dividiendo la historia en dos partes bien diferenciadas, la que se centra en un grandioso Ray Winstone, está bien realizada, dejando algunas grandes escenas con aroma de cine clásico, especialmente una que recuerda enormemente a la obra maestra Furia, y un gran trabajo por parte del director, y donde Cave también se preocupa por mostrar el desprecio que sentían los ingleses por esa tierra de ladrones y aborígenes que era Australia. Sin embargo, la parte centrada en Guy Pearce, un tanto perdido, pierde fuelle dentro del conjunto global. Al publicitado guionista se le va la cabeza con su lirismo de trovador moderno y comienza a hilvanar una escena tras otra donde pretende dar una visión sobre la vida, donde ese pretendido viaje interior del personaje de Pearce no es tan profundo, si no una mera recolección de encadenados estéticamente muy bonitos con una estúpida e innecesaria voz en off, con algún personaje que se pasea por ahí sin saber muy bien su cometido dentro de la trama, y con ese Kurtz de saldo algo chamánico encarnado por Danny Huston, quien encarna aquí a una especie de líder hippie con una visión muy peculiar del mundo, un insoportable pedante filósofo.

La película, en esa parte centrada en el personaje de Danny Huston, toma en exceso de Apocalypse Now y al director se le va la mano con escenas de mucho calado visual y preciosista, todo muy interior, pero que en algún momento dan vergüenza ajena (¿Hay alguien menos estético cabalgando que Danny Huston?). Es una película donde la violencia está latente en cada momento, y acaba con un final catártico algo previsible, aunque no por ello malo, donde el director no puede evitar sacar al artista que lleva dentro y entrega un momento final excesivamente parecido a Sin Perdón, aunque dicha escena final es un resumen de todo lo que la cinta ha expuesto anteriormente, y donde se unen ambas partes, usando el fuera de campo como mejor elemento narrativo. Es es una interesante mezcla de géneros que pone en el escaparate a un buen director que, puliendo errores, puede ser un nombre a tener en cuenta... eso sí, La carretera me da que le viene grande.
Tony Montana
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