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Voto de KlingonCome:
4
Ciencia ficción. Drama. Terror Cuando la especie humana se adapta a un entorno artificial, el cuerpo humano es objeto de nuevas transformaciones y mutaciones. Con la ayuda de su compañera Caprice (Léa Seydoux), Saul Tenser (Viggo Mortensen), célebre artista performativo, escenifica la metamorfosis de sus órganos en espectáculos de vanguardia. Timlin (Kristen Stewart), una investigadora de la Oficina del Registro Nacional de Órganos, sigue de cerca sus prácticas. Es ... [+]
26 de junio de 2022
84 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bizarrada monumental que para David Cronenberg es solo un día más en la oficina. En un futuro andrajoso y bastante decadente el ser humano ha suprimido el dolor en el cuerpo y lo ha sustituido por placer. Un artista de la carne se dedica a hacer representaciones en las que se auto mutila mediante cirugía, la cual viene a ser como el nuevo satisfyer.

La loquísima idea podría haber tenido un mejor recorrido, pero la cantidad de monserga post-moderna hace que no quede claro si todo es una sátira o una apología. Que los seres humanos generen nuevos órganos y ello suponga un salto evolutivo que no todos acepten también me parece un concepto potente. Lástima que luego todo quede diluido en una especie de discurso ecologista que, tratado separadamente, o incluso como tronco central, también era una idea aprovechable. Pero ese es el gran defecto, buenas ideas que se dispersan y no terminan de cuadrar entre sí. De Crash (1996) a ExistenZ (1999) pasando por Dead Ringers (1988), sus obras son la primera referencia, y toma prestados diferentes modelos y planteamientos: el dolor y la deformidad como fuentes de placer, las máquinas de aspecto orgánico interactuando con el cuerpo, el instrumental quirúrgico como herramienta para abrir cuerpo y mente.

Tampoco me ha gustado tanto escenario en interiores. Incluso cuando se supone que están al aire libre, las conversaciones con el detective, se nota que es un interior. Ya hay escenas que rozan incluso el ridículo, como en las que Viggo intenta comer en esa especie de silla pseudo orgánica, o que se pase media película disfrazado de ninja. Hay que partir de la base de que a Cronenberg le gusta lo raro, lo bizarro, y ello nos sugiere que aceptemos premisas que a ningún otro le aceptaríamos. No estamos ante ningún ser de luz, y hay aspectos que si no se desarrollan se quedan cojos. ¿Como surgen esos nuevos órganos? ¿Como se ha hecho la transición del dolor al placer? Al final he mirado el reloj. Se te pasó el arroz, David.
KlingonCome
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