Lo que parecía una cinta de terror se revela como un thriller de suspense y angustia que no pasa de ahí, y que a medio metraje pierde fuelle ya que no le queda tensión que ofrecer. Eso sí, ansías llegar al final para que te ofrezcan una explicación, la cual es de un reaccionario y elitista que espanta. Imposible dar pistas sin hacer espoiler, y aunque Pascal Laugier empieza a ser un fijo en mi reproductor, el mensaje de esta película es tan brutal que espero que se siga centrando en el cine de terror puro en lugar de en alegorías político-sociales. Porque yo admito cualquier tipo de debate intelectual, pero cuidado con determinada propaganda disfrazada de buenas intenciones.