Otra peli con niño aterrorizante. Este chavalín es una suerte de super humano cuyo súper poder es que cuando duerme sus sueños se convierten en realidad, lo cual puede ser gratificante si sueñas con comida o sexo o peligroso si sueñas con monstruos.

En esta ocasión, las bajas expectativas han sido una ventaja para verla porque luego no me ha resultado tan mala como esperaba. Es cierto que abusa de los sustos, que uno ya se espera antes de que ocurran, y de los picos de sonido, pero hay que admitir que funcionan.

Se agradece que no abunde en lo escabroso y podrá parecer que el final roza lo sensiblero, pero al menos es coherente con el resto de la trama y da una explicación bastante humana. Como puntos flacos quedarían la cara de palo de Kate Bosworth y el pelo estropajo de Thomas Jane. Por contra, Jacob Tremblay sigue siendo el niño actor más riquín del momento. Imprescindible escuchar su vocecilla en VO.