En La Vida es Bella, se jugaba con la comicidad en medio del holocausto. Y en esta película se jugó con el dinero a ganar por el director a costa de la sensibilidad provocada por el golpe bajo que supone mostrar las aberraciones y atrocidades de los nazis al pueblo judío. Y ese juego macabro dio resultado: Siete Óscars, la consolidación de Spielberg en Hollywood, su lugar en el firmamento de los grandes directores de la industria cinematográfica.
Es hacer leña del árbol caído. Es recordar lo que todos saben que nunca hay que olvidar. Es retrotraerse en el tiempo para lucrar. Es querer hacerse notar para consagrarse. Es hacer un éxito basado en la muerte de 6 millones de judíos y millones de personas más. Todo eso es lo que hizo Spielberg con esta porquería de película. A mi entender se equivocó. Por eso esta nota, por eso mi decepción.