"The Blind Side" (Un sueño posible), film rodado en 2009 por el director John Lee Hancock, cuenta la historia del jugador de fútbol profesional Michael Oher.
Pero esta película no es un biopic deportivo al uso, donde el espíritu de sacrificio y de superación sirven al protagonista para alcanzar las más altas metas del deporte. "The Blind Side" nos habla sobre todo de la influencia, en este caso para bien, que los actos de determinadas personas pueden tener sobre otras.
Michael Oher no es un adolescente negro que desea destacar en el mundo del deporte, es, sencillamente, alguien sin nada (no ha tenido nunca nada en la vida y por lo tanto no espera nada de ella) que tiene la fortuna de ser encontrado por esa excepcional familia que le ayuda a salir adelante.
Supongo que esa legión de críticos que se desayunan con vinagre cada mañana y que se creen de vuelta de todo habrán escrito que el film es un pastel infumable, una americanada lamentable, bla, bla, bla... eso sí, esta vez no pueden acabar su avinagrada crítica con el clásico "la historia se aparta completamente de la realidad", porque pasó de verdad.
Y es que, algunas veces, la realidad supera con creces a la ficción, y éste es el caso. Que en este mundo tan individualista e insolidario, un modesto mecánico le ofrezca a Michael su humilde sofá para dormir y se interese por su escolarización y, posteriormente, una familia adinerada -y, por tanto, sospechosa de avaricia- se preocupe por él y le acabe adoptando resulta casi un argumento de ciencia-ficción.
Pero pasó, y ahora Michael Oher, tras haber sido un futbolista universitario de éxito, es un jugador profesional de la NFL que ganó la Super Bowl en 2012 con los Ravens de Baltimore...y que celebró la victoria con esa familia adoptiva que lo acogió siguiendo el impulso de la madre (a la que da vida la brillante Sandra Bullock).