En 1937 Edward G. Robinson aun era el rey del cine negro y un jovencísimo Humphrey Bogart comenzaba a sobresalir en la pantalla con su perfecta mezcla de mafioso con toque sensual (El pobre Robinson solo tenía lo mafioso). Esta mezcla lo haría subir como la espuma en unos pocos años, pero no es ahora el caso.

De hecho, uno de los pocos fallos que puede tener esta película, es la casi inexistencia de Bogart. Sus apariciones son tan pocas y rápidas que te quedas con ganas de más; realmente es una lástima ver como un personaje tan carismático y malvado es desaprovechado totalmente, quedándose a medio camino de su desarrollo. Realmente no sé si es por Bogart o por el rol que interpreta, pero es tan brillante que llega a eclipsar a su compañera de reparto, la mismísima Bette Davis que aun así da la talla con un muy acertado papel secundario. Sorprende Edward G.Robinson con su interpretación de mafioso de buen corazón. Otro punto a tratar es el propio protagonista, que da nombre a la película: Kid Galahad. Y me pregunto: ¿Su papel es así, o es que realmente este actor es así de memo? De acuerdo que el chaval tiene que ir de granjero inocente y grandote, pero es que se pasa. Lo mismo digo de la insípida y repelente Jane Bryan, su novia en la película, la cual ni siquiera llega a caerte bien y cuya historia de amor con el protagonista no entra ni con calzador.

Por lo demás, una historia interesante y bien contada con un ritmo rápido y que no aburre. Tal vez algo confusa en ciertos momentos y situaciones. Gran profundización en los sentimientos de los personajes y una fotografía y uso de cámara correctos.

LO MEJOR:
- Buena historia y bien contada.
- Humphrey Bogart.

LO PEOR:
- El protagonista y su novia.
- Historia de amor metida con calzador.
- Lo poco que Humphrey Bogart aparece en pantalla.