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España España · Cadiz
Voto de Lusapo:
8
Drama. Romance Chris Wilton (Jonathan Rhys Meyers) es un ambicioso y joven profesor de tenis con escasos recursos económicos. Gracias a su amistad con Tom Hewett (Mattew Goode), consigue entrar en la alta sociedad londinense y enamorar a su hermana Chloe (Emily Mortimer). Tom, por su parte, sale con Nola Rice (Johansson), una atractiva americana, de la que Chris se encapricha nada más verla. El azar, la pasión y, sobre todo, la ambición llevarán a ... [+]
28 de septiembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody Allen se la juega en la red y gana con esta estupenda película que habla de la relatividad de la suerte y su importancia en nuestro paso por la vida. Una revisión moderna del "Crimen y castigo" de Fiodor Dostoyevsky, ambientada en Londres y donde al neoyorkino más le gusta: entre gente de la alta sociedad.

Después de unos años haciendo películas con una factura correcta, pero quizá lejos de su clarividencia de títulos anteriores y más apoyado en su capacidad como cómico que en su sensibilidad narrativa, Woody Allen rompió ese corsé que parecía oprimirle y volvía a reinventarse (o a reinterpretarse, según se mire). Y es que esta "Match Point" no es sólo la historia de un joven que asciende en la escala social y debe elegir entre amar o poseer. Es eso y mucho más. Quizá porque los personajes hablan diciendo doce frases cuando tú sólo has oído una, merced a una dirección de actores que roza la perfección.
O tal vez por el ritmo de la película; frenético gracias a ese tempo fílmico tan pausado. No sabría decirlo con exactitud, pero, por si esto fuera poco, el director ha mimado cada uno de los planos, y la cámara se mueve con una elegancia pocas veces vista en su cine.

La trama sin ser demasiado rebuscada (aunque muy pasional) está dibujada con pinceles de maestro, y es que sólo hay que ver cómo Woody Allen presenta el detonante del guión; sin tapujos. En el momento en que el profesor de tenis, Chris (Jonathan Rhys Me-yers) aborda descaradamente en una mesa de ping pong a una sensual Nola Rice (Scarlett Johansson, ¡mamma mía!) y ella le recibe como sólo una Lauren Bacall lo haría con cualquier Bogart. Es la manera de un veterano hacedor de películas de decirnos: "mirad, de esto va la peli, para qué voy a dar más rodeos, ahora sentaos y disfrutad". Y la verdad es que se disfruta. Sobre todo con el cinismo desquiciante del protagonista. Ese Raskolnikov cuasi diabólico (mucho más para las mujeres, a juzgar por los comentarios que el público hacía en voz alta aquel día) pero terriblemente cuerdo, que es capaz de ser tan educado y elegante que te hace cómplice en su causa sin sentimientos ni escrúpulos (sí, lo sé, pero "Déxter" aún no se había estrenado).

Con un final que no deja indiferente, esta película aburrirá a los que sólo gusten del Woody Allen chistoso (aunque eso no signifique que en este drama falte el humor) pero que seguro apasionará a los que consideren el cine como algo más que un simple pasatiempo, porque esta cinta habla, y habla bien.
Lusapo
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