Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Llámame Pepe:
10
Ciencia ficción. Acción Sarah Connor, la madre soltera del rebelde John Connor, está ingresada en un psiquiátrico. Algunos años antes, un viajero del tiempo le había revelado que su hijo sería el salvador de la humanidad en un futuro -año 2029- dominado por las máquinas. Se convirtió entonces en una especie de guerrera y educó a su hijo John en tácticas de supervivencia. Esta es la razón por la que está recluida en un manicomio. Cuando un nuevo androide ... [+]
21 de septiembre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué decir de esta obra maestra de la ciencia-ficción?

Ohh, aquellos recién estrenados años 90. ¿Puedes sentir la libertad que inspiran las barras y estrellas, el vapor de la gasolina, las Harley Davidson Electra y la Segunda Enmienda?

Ese jovencísimo John Conor con su pequeña moto de cross, jugando en salas de máquinas recreativas y trasteando con primitivos aparatos tecnológicos de display en blanco y negro, completamente incapaz de esperarse la llegada de un robot del futuro acompañado, no de una nueva lejía o un DMC DeLorean, sino de los mejores efectos especiales de la historia del cine (¿O quizá solo bien usados?). Esos efectos especiales físicos, reales, cincelados fotograma a fotograma con especialistas y explosivos, quizá demasiado caros para un siglo XXI que parece renquear económicamente desde que empezó. Aquí, si hay que destruir 50 coches, 20 camiones y 1 helicóptero, se destruyen. El maldito ordenador se utiliza lo justo y necesario, lo mínimo para recrear explosiones nucleares y el metal líquido del T-1000, obteniendo sin embargo un excelente resultado gracias a su buen uso, sin llegar al abuso (Adoro calibrar la potencia de cada arma comparando los impactos que producen en el Terminator enemigo).

Arnold, enfundado en cuero negro, realmente una máquina, deja grabado en tu mente el eco de los cartuchos vacíos golpeando el suelo. Linda Hámilton, la madre de hierro, nos ofrece ella sola escenas de acción que ponen a la altura de la mierda el 90% de las películas de acción de este siglo, sin comentar su magnífica huida del psiquiátrico. Y Robert Patrick, programado como malo malísimo, nos acojona sin ni siquiera mostrar sus crueles ojos, los cuales oculta tras unas Ray-Ban de espejo.

Sin tiempo-bala, sin apenas ordenador y sin grandes expertos en artes marciales, James Cameron nos brinda la oportunidad de deleitarnos con un film de acción que es "realidad viva sobre un esqueleto de guión de hierro". No necesitas la cámara lenta si sabes escoger lo planos y los tiempos. No necesitas virtuosismo argumental cuando los personajes vibran por su originalidad y su firmeza.

Lo sientes y lo vives: ¡Maldita sea, Sara Connor, deja de cojear y dispara!

En definitiva, una película en la que el simple hecho de quedarse sin munición es capaz de producirte la angustia de preguntarte: ¿Y ahora qué?

PD: el policía SWAT que entra en el edificio y encuentra al hombre tiroteado, apunto de morir y sosteniendo la mano sobre el detonador, es Dean Norris, más conocido como Hank, el agente de la DEA de Breaking Bad. Me siento orgulloso de haberle identificado incluso teniendo la cara tapada por una mascara antigas.
Llámame Pepe
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow