"Dando la nota" llegó a los cines unos años antes del "Me Too", un movimiento necesario que puso sobre la mesa temas que tenían que haberse tratado muchísimo antes. El "Me Too" también tuvo un efecto negativo, y es que desde que surgió, cualquier obra de ficción protagonizada por mujeres era considerada automáticamente feminista, cuando hay que distinguir entre obra feminista y obra protagonizada por mujeres. "Dando la nota" pertenece a la segunda categoría.
Es cierto que "Dando la nota" es una película entretenida y que se puede pasar un rato muy agradable viéndola, pero esto es solo hasta que uno se da cuenta de que pie cojea. La película parece pretender dar un mensaje de empoderamiento femenino, pero ese mensaje queda diluido por el flagrante machismo que rodea a este filme y sus dos secuelas. El comentario sobre las violaciones cuando la protagonista llega a la universidad y los asquerosos comentarios del presentador son solo dos ejemplos del machismo presente en la película y que, con mayor o menor éxito, consigue camuflar como elemento cómico, cuando es algo que no tiene la más remota gracia.
Que te guste una película machista no te convierte en machista, pero lo que carece de toda ética es coger uno de los aspectos más arcaicos de nuestra sociedad y utilizarlo para que el público se eche unas risas, que es lo que esta película esconde tras su falso mensaje de empoderamiento.