Media votos
7.3
Votos
1,249
Críticas
31
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de ru3a5:
7
7.2
5,528
Bélico. Drama
Jin-tae es un zapatero que lleva años trabajando sin descanso para que su hermano menor, Jin-seok, pueda ir a la universidad. Pero todos sus sueños y esperanzas se desvanecen cuando los dos son obligados a incorporarse al ejército en contra de su voluntad. Separado de su casa y de su familia, Jin-tae promete proteger a Jin-sok. Pero la guerra pondrá a prueba sus lazos de fe, amor y confianza. (FILMAFFINITY)
19 de diciembre de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Sigo esta temporada con mi andadura de cine bélico, y me encuentro con esta rareza made in Korea.
El cine coreano me ha dado muchas, pero que muchas alegrías, las críticas eran positivas, en ocasiones muy positivas, y encima era de guerra, así que encaré su visionado con las expectativas bien altas.
Y como suele suceder cuando uno va así a la guerra, he quedado algo defraudado. No fue por la típica sobreactuación asiática, que en esta cinta se evita con suficiencia, ni por la falta de despliegue y crudeza en las escenas de guerra, dignas como bien dicen del desembarco de Normandía de Spielberg, o añado, del pacifista en Okinawa de Gibson. Crudeza en la violencia, por demás, habitual en el cine ya no sólo coreano, sino asiático en general. Tampoco fue por el tempo lento típico oriental, porque aquí brilla por su ausencia, siendo el ritmo más bien frenético (hay quienes critican incluso el exceso de escenas de combates).
Quizá parte del problema es lo que dicen otros críticos: la película es coreana, pero está hecha a la americana.
Pero sobre todo, mi principal problema con ella es que, salvo en las cuestiones puramente militares, NO ME LA CREO. Y por si acaso, paso al destripe.
El cine coreano me ha dado muchas, pero que muchas alegrías, las críticas eran positivas, en ocasiones muy positivas, y encima era de guerra, así que encaré su visionado con las expectativas bien altas.
Y como suele suceder cuando uno va así a la guerra, he quedado algo defraudado. No fue por la típica sobreactuación asiática, que en esta cinta se evita con suficiencia, ni por la falta de despliegue y crudeza en las escenas de guerra, dignas como bien dicen del desembarco de Normandía de Spielberg, o añado, del pacifista en Okinawa de Gibson. Crudeza en la violencia, por demás, habitual en el cine ya no sólo coreano, sino asiático en general. Tampoco fue por el tempo lento típico oriental, porque aquí brilla por su ausencia, siendo el ritmo más bien frenético (hay quienes critican incluso el exceso de escenas de combates).
Quizá parte del problema es lo que dicen otros críticos: la película es coreana, pero está hecha a la americana.
Pero sobre todo, mi principal problema con ella es que, salvo en las cuestiones puramente militares, NO ME LA CREO. Y por si acaso, paso al destripe.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No me creo la mayoría de las discusiones entre los hermanos. En particular, no me creo la actitud grotescamente desagradecida del menor en varias ocasiones, echando en cara al mayor que sólo fue allí por medallas, cuando claramente fue pudiendo -e incluso debiendo- haberse escaqueado, porque tenía que quedar un hombre por familia; y habiendo ido, precisamente, a por esas medallas con el único, manifiesto y por ende confeso objetivo de salvarle la vida al más pequeño.
Y por encima de todo, y quizá esto es lo que más me defraudó, no me creo el cambio de bando del sargento y héroe condecorado del Sur. Cambio al que además, no se le dedica ni una mísera escena. Ayer era un sargento heroico del Sur y me pareció ver a mi hermano calcinado, y hoy soy del Norte, y no uno cualquiera, sino una especie de comandante o líder de un batallón destacado y de los más temidos, con más estrellas en el uniforme que el mismísimo Patton. Así sin más.
Una cosa es que en la guerra, la ideología es a veces lo de menos, y que a menudo el bando en el que estés depende de las circunstancias -lo que se muestra con mucho acierto con el vecino de ellos del Norte, que apresan con otros terminando por verse obligados a matarlo-; y otra muy distinta es que de la noche a la mañana y sin explicación alguna, más que a lo sumo un malentendido de creer a su hermano muerto, un fulano pase de sargento condecorado del Sur a comandante de las fuerzas especiales del Norte.
Eso sí, queda la mar de chula y épica la escena del tal comandante, dando la vuelta a su ametralladora para dar estopa a quemarropa a "su" nuevo batallón de fuerzas especiales, después de que los ojos le dejan de estar en blanco (sal de este cuerpo!), de que reconozca a su hermano en pleno combate, y se sacrifique de ese modo para facilitar su huída. Muy chulo todo, sí, pero los guionistas podían haberse trabajado mejor, mucho mejor, el nudo de ese desenlace con doble cambio de bando, triple tirabuzón, y tiro porque me toca.
Por último, criticar que aunque digan que no, es maniquea. Vale que sale algún progromo de comunistas perpetrado por los del Sur. O que quemasen una cárcel con enemigos para no dejarlos vivos. Eso pasa en todas las guerras, civiles o no. Y esas escenas, en particular, huelen a efectistas y sobre todo, forzadas para lucimiento de los protas, y para ilustrar la siempre impactante y dramática muerte de personajes principales.
Pero que nadie se llame a engaño: en esta película el comunista del Norte es el mismísimo diablo. El hombre del saco que te puede hacer saltar por los aires en pedacitos cuando menos te lo esperas. Aunque lleve gorra en vez de casco.
Y por encima de todo, y quizá esto es lo que más me defraudó, no me creo el cambio de bando del sargento y héroe condecorado del Sur. Cambio al que además, no se le dedica ni una mísera escena. Ayer era un sargento heroico del Sur y me pareció ver a mi hermano calcinado, y hoy soy del Norte, y no uno cualquiera, sino una especie de comandante o líder de un batallón destacado y de los más temidos, con más estrellas en el uniforme que el mismísimo Patton. Así sin más.
Una cosa es que en la guerra, la ideología es a veces lo de menos, y que a menudo el bando en el que estés depende de las circunstancias -lo que se muestra con mucho acierto con el vecino de ellos del Norte, que apresan con otros terminando por verse obligados a matarlo-; y otra muy distinta es que de la noche a la mañana y sin explicación alguna, más que a lo sumo un malentendido de creer a su hermano muerto, un fulano pase de sargento condecorado del Sur a comandante de las fuerzas especiales del Norte.
Eso sí, queda la mar de chula y épica la escena del tal comandante, dando la vuelta a su ametralladora para dar estopa a quemarropa a "su" nuevo batallón de fuerzas especiales, después de que los ojos le dejan de estar en blanco (sal de este cuerpo!), de que reconozca a su hermano en pleno combate, y se sacrifique de ese modo para facilitar su huída. Muy chulo todo, sí, pero los guionistas podían haberse trabajado mejor, mucho mejor, el nudo de ese desenlace con doble cambio de bando, triple tirabuzón, y tiro porque me toca.
Por último, criticar que aunque digan que no, es maniquea. Vale que sale algún progromo de comunistas perpetrado por los del Sur. O que quemasen una cárcel con enemigos para no dejarlos vivos. Eso pasa en todas las guerras, civiles o no. Y esas escenas, en particular, huelen a efectistas y sobre todo, forzadas para lucimiento de los protas, y para ilustrar la siempre impactante y dramática muerte de personajes principales.
Pero que nadie se llame a engaño: en esta película el comunista del Norte es el mismísimo diablo. El hombre del saco que te puede hacer saltar por los aires en pedacitos cuando menos te lo esperas. Aunque lleve gorra en vez de casco.