Seis amigos que están de viaje a un evento deportivo, tienen que pasar la noche en un lugar aislado en medio del campo. Esta improvisada acampada se prolongará de forma forzosa y el grupo tendrá que separarse. Es entonces cuando las cosas empezarán a ir realmente mal.
Película de terror sobre adolescentes, con las habituales ideas repetidas hasta la saciedad y situaciones forzadas. Llenas de acciones sin sentido que pueblan ampliamente este tipo de cine.
Al guión no le falta ningún tópico. Quizás por lo reciclado que resultan las escenas y las situaciones te hace desechar la cinta por aburrida. Y es que la historia empieza de forma suave, y se prolonga así por gran parte de la película, sin apenas nada que nos mantenga interesados en ella. Pero pasada la mitad de este producto, despertará de forma rabiosa y ya nada volverá a ser lo mismo. Lo que tenía vistas de ser otra oportunidad perdida de disfrutar una buena película de terror, se convertirá en una contundente carrera por sobrevivir. Tal vez el hecho de esperar tanto para mostrar sus cartas a esta película le venga mal. Parece que el guionista lo que pretendía era ir introduciendo a nuestros protagonistas poco a poco, y reservar gran parte del presupuesto para construir un estruendoso final. Lo consigue, pero a costa de nuestra paciencia. Y no podrá evitar un mal sabor de boca, por esos inicios que se deberían haber convertido en solo quince minutos de metraje. Porque para lo que ocurre, ya es demasiado.
Al menos el director muestra buen carácter cuando tiene entre manos algo sustancial que contar y consigue que entonces la emoción y el terror lleguen al espectador por algunos momentos, pero no suficientes. Eso sin contar con los agujeros, errores y conductas muy insensatas e inocentes de nuestros confiados adolescentes. El guionista se tomó algunas libertades a la hora de escribir el guión, haciendo que estos adolescentes traspasaran la delgada línea entre actos estúpidos, habituales del género y actos insensatos. Que denigran la credibilidad, ya de por sí mermada por lo fantástico que suelen ser estas historias, llevándonos a una zona que hubiera sido mejor evitar.
De los actores no hay ninguno que destacar, todos realizan su labor con aplomo, sin nada especial que les hagas sobresalir. Tranquilos por Paris Hilton. Solo tiene un papel menor y no arruina la película.
Si hubieran construido una historia más regular, con tensión desde el principio, y no esa farsa inicial que nos colocan estaríamos hablando de una notable película.