Me da no se qué meterme con Annaud de tan grato recuerdo desde "En busca del fuego" o "El nombre de la rosa", pero esta pseudo fábula griega tomada a la francesa y rodada en parte en Valencia, me recuerda más a la divertida "Cavernícola" que a un "tour de force" desmembrado gracias a un guión la mayor parte de las veces inconexo.
Quizá sea un acercamiento a los Guilliam, quizás sea revitalizar la Francia fílmica de los 70, quizá sea volver a Antonioni o a Pasolini, quizá sea una rosa, quizá sea un clavel. Lo que sí es cierto es que a Annaud se le dan mejor la prehistoria y los osos, que los cerdos y las palomas de la paz apoyadas cual corona real en la cabeza de un salidillo político y locuaz venido a menos según pasan los minutos.
Así que con ésta que nos ocupa, no echemos margaritas a los gorrinos, que es perder el tiempo, y a esperar a la siguiente del francesito porque, por mi parte, ya está olvidada