Salvo para quienes contemplen con veneración la vida de Escrivá de Balaguer, la película puede resultar aburrida. Tiene dos ejes: a) La historia de ficción del amigo de la infancia y compañero de seminario que no emociona y es solamente el calzador con el que introducirnos los orígenes del Opus y contrapunto necesario para resaltar la bondad de san Josemaría; y b) los orígenes de la Obra , que es lo que interesa a los productores, ocupa la mayor parte del metraje, y está narrado de forma monótona e impartiendo doctrina continuamente. Todas las escenas de esta parte tienen un propósito didáctico y precisamente medido: explicarnos qué es el Opus Dei. Nos presenta a un santo que no tenía dudas, todo en él estaba claro desde el principio, y por ello tampoco engancha. El contexto histórico es sólo un decorado, pasando de épocas sin explicación. Ambas historias se mezclan artificiosamente a lo largo de la narración ( que fluye mal) y confluyen en la reconversión final del malo, una llamada a la perseverancia en la vocación ( que abandonó aquél ), que no a la reconciliación.
Las interpretaciones son teatrales, forzadas, particularmente el malo. No se ve el gasto de producción. El envejecimiento ( maquillaje ) del malo es penoso. Tampoco se aprecian las necesarias diferencias de edad entre Jose María y su padre.
Las escenas de guerra parecen rodadas en interiores y eso que quiere presentarnos el frente de batalla.
La fotografía no es mala
Parece pensada para una serie o una película de televisión, pero por alguna razón se convirtió en película.