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Voto de Vago del Devenir:
9
7.7
49,393
Animación. Fantástico. Infantil En los años 50, una familia japonesa se traslada al campo. Las dos hijas, Satsuki y Mei, entablan amistad con Totoro, un espíritu del bosque. El padre es un profesor universitario que estimula la imaginación de sus hijas relatándoles fábulas e historias mágicas sobre duendes, fantasmas y espíritus protectores de los hogares, mientras la madre se encuentra enferma en el hospital. (FILMAFFINITY)
24 de marzo de 2022
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Tonari no Totoro, un largometraje animado de nuestro ya tan querido Studio Ghibli y su guionista, director y especialista del imaginario colectivo Hayao Miyazaki. Esta película animada estrenada en 1988 y situada principalmente en la década de los 50 en un japón de paz y vida rural constante, es sin duda un vistazo y una carta de amor y permanencia a la infancia y todos sus ejes de la imaginación. Poniendo en juego nuestros recuerdos más perdurables y trayendo a nuestra psique los pequeños fragmentos de los momentos emblemáticas de esta etapa.

Podemos objetar, que, si bien este largometraje carece de un guion complicado o de un discurso realmente difícil de descifrar, cayendo así, en una historia minimalista y digerible, esto se compensa con el ya habitual deleite visual que nos provee este estudio de animación, plagándonos de detalles en cada uno de los personajes y escenarios alrededor de la historia, desarrollando sus personalidades y diversas formas de comunicación. Sumando a esto los recursos de sonido tan neutros y llenos de un eje del sonido tan orgánico, logra transportarnos sin el mayor problema a un mundo donde prevalece la naturaleza, la calma de una vida rural y el tan merecido momento de meditación personal.

Mi vecino Totoro, titulo que se da en castellano, es una historia de imaginarios mundos, leyendas de las comunidades que han sido comunicadas de generación tras generación y saberes mágicos de ocultas criaturas que prevalecen en nuestros inconscientes colectivos, casi invitándonos a romper las realidades ya construidas y nuestro tan arraigado < a veces inconscientemente> olvido a lo mágico, desconocido y fantástico.

¿Cómo es que una película infantil nos tiene a la mayoría pegados a la butaca o al sillón <lo que prefiera su comodidad> sin querer dejar un momento esta trama en el limbo? Solo puedo decir que es casi hipnótico el recurso visual e imaginativo, pues nos atrapa, ya sea en forma de un gato autobús que va a toda velocidad por los aires o un troll peludo y gracioso lleno de gruñidos, habitante de un árbol centenario.

Una imperdible de cualquier colección, para todo conocedor del cine, ya sea un yonki del séptimo arte, un curioso que acaba de descubrir el interés por el manga o un aficionado a las películas palomeras y de fin de semana, es una obra de cultura general dentro de la animación asiática por excelencia.
Vago del Devenir
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