Están muy preocupados los jerifaltes del mundillo del cine por la pérdida alarmante y continuada de espectadores... ya no saben lo qué hacer: 3D, remakes, efectos especiales, salas IMAX... cuando tienen la solución al alcance de sus dedos, simplemente deberían desempolvar Ben-Hur, verla y luego ir a un confesionario para pedir perdón por creer que el público es lisa y llanamente gilipollas.

Hace muchos años, el cine no era tan sólo una industria, también era una forma de arte, y sobre todo, los cineastas tenían muy claro que el cine es, sobre todo: el arte de contar una historia en imágenes. Hoy en día, de esa frase, nos quedamos con las preposiciones e "imágenes". Antes tenían muy claro que lo primero era tener una historia, lo segundo, alguien que supiera contarla, y lo tercero un buen equipo para tener las imágenes. Pero sin A, ni B, ni C, no hay D (usease la película).

Y llegamos a Ben Hur, la historia de un judío contemporaneo de Jesucristo. Un judío rico, con una vida desahogada y acomodada en la actual Palestina. Y que encima tiene la grandísima suerte de que han nombrado gobernador de la región a un amigo de la infancia, que era romano y que se querían como hermanos. La vida le sonríe. Cuando, debido a la ambición desmedida de este último, y a causa de un accidente fortuito, su vida se trunca de repente.

"Riqueza y Ruina empiezan con la misma letra" dice el refrán

Pero claro, el concepto de "ruina" en aquella época es diferente del nuestro, e incluye vejaciones, humillaciones, violencia, torturas e incluso asesinatos. Una maravilla vamos

Ese gran amigo convertido en tu mortal enemigo. Y como la vida te va transformando en alguien diferente a lo que tú eras.

PELICULÓN CON MAYÚSCULAS, bajo mi punto de vista, la mejor película de la historia del cine: genial la dirección, los actores, la fotografía, decorados, guión, música, diálogos, vestuario, maquillaje... es que no hay nada, absolutamente nada que no sea perfecto. La película dura unas 4 horas, que se te pasan volando y que después de verlas no eres capaz de levantarte del asiento asimilando lo que acabas de ver.

La escena de cuadrigas es antológica, básicamente porque realmente Charlton Heston se puso en peligro, es lo que tiene no usar ordenadores para hacer escenas espectaculares, pero si me tengo que quedar con una escena, es con la de galeras. Te pone el vello de punta.

Sigo sin entender cómo no se estudia el cine en los institutos (igual que se estudia música o literatura), y desde luego, esta película sería el temario de un examen.

Huelga decir que me pareció una vergüenza que "el retorno del rey" se llevara los mismos óscars que esta película, debería estar prohibido, ya le gustaría a Peter Jackson estar a la altura de William Wyler. Y si alguien no me cree, que vea esta película, que por otro lado, debería ser de visión obligada en los colegios, igual que leer a los clásicos.

Una delicia