La película se estructura en torno a una semblanza cotidiana, humana y tierna protagonizada por personas corrientes agobiadas por las añagazas de la vida.
La historia está contada con solvencia y con una notable emotividad que se enriquece con el deliberado afecto de guionistas y director.
Eso se nota.
Cada trama proporciona mayor dramatismo e intensidad a un argumento de por sí severo que no duda en completarse con un punto de humor irreverente.

Gran trabajo del inconmensurable J.L. López Vázquez como sujeto agente y paciente que representa a toda la gente buena.
Con su ingenuidad y con su asomo de picardía.