A cualquier fan de la saga videojueguil de Konami es imposible que una adaptación que recrea todos los escenarios del tercer juego, mi preferido, le decepcione. Es cierto que Silent Hill hace seis años hizo algo que parecía imposible, llevar un videojuego de manera digna e interesante a la gran pantalla, y lo logró. Aunque aquí Heather se llame Cheryl y se tomen alguna que otra licencia sólo los primeros minutos en la feria, con el conejo rosa y Mr Martillo fustigando a los atormentados en la noria ya es de poner los pelos de punta.
Miedo, lo que se dice miedo no es que provoque, pero a estas alturas, después de jugarme el Downpour pocas cosas me lo provocan en serio.
Más que recomendable si se sabe lo que se va a ver, si no, es muy posible que uno se pierda en comparaciones.
Como buen survival, mantiene la tensión en todo momento.
Y el sonar de la campana no se olvida.
Deborah Kara Unger sigue preciosa.