Probablemente, uno de los reclamos de mayor peso para ir a ver Ámsterdam es el talentoso reparto que aparece en el cartel de la película. En ese sentido, el film no decepciona. Tanto Christian Bale, como Margot Robbie y John David Washington hacen gala de unas magnéticas actuaciones junto a maravillosos secundarios. Además, la puesta en escena está lograda, de modo que, visualmente, la cinta es satisfactoria.

El mayor problema que puede destacarse en Ámsterdam es su guion. El largometraje va cambiando de género, de manera que empieza como un thriller, pasa por una comedia de detectives y desemboca en una propuesta política. Asimismo, tanto los saltos como la mezcla de tramas y localizaciones hacían presagiar una historia más compleja, por lo que la resolución final quizá no cumple expectativas.

No obstante, el desfile de estrellas y la fotografía podrían hacer pasar por alto los defectos en la narrativa, ya que permiten disfrutar un buen rato.

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