Basada en la historia original del coreano Na Hong Jin, The medium es un falso documental de terror sobre chamanismo y posesiones con found footage (al estilo de Paranormal Activity) que, aunque parece prometer mucho en su inicio gracias a un montaje y fotografía verdaderamente perturbadores, no consigue cumplir las expectativas del espectador a causa de la inconsistencia del suspense.

El filme prepara a la audiencia para experimentar momentos de alto estrés e intriga por medio de un excelente empleo de la banda sonora y movimientos de cámara que crean un ambiente de ansiedad (como si el espectador se encontrase en el lugar), pero deja en la estacada al público convirtiendo muchos de los sucesos clave en escenas sin impacto y, por ende, poco memorables. Apenas se genera la angustia, el nivel de incomodidad desaparece. Asimismo, muchos de los giros en la narración son completamente impredecibles y superfluos, y hacen parecer que ni el propio guionista sabe orientarse dentro del relato que ha confeccionado.

Aun así, los personajes principales son suficientemente interesantes, sobre todo gracias a la actuación de Narilya Gulmongkolpech (Mink) y Sawanee Utoomma (Nim), que aportan sobrado carisma como para lograr que el auditorio no se aburra demasiado durante las dos horas de “tira y afloja” constante. A su vez, permiten que se pueda ignorar una trama con agujeros tapados en el último momento. Por otro lado, cabe incidir de nuevo en la exquisitez de la fotografía, que exuda la esencia del país asiático y su cultura y logra crear tensión a través del sentimiento de soledad que sugiere en varias ocasiones; ayudado por una composición “natural”.

En conclusión, The medium es una película que se puede disfrutar a pesar de sus problemas de guion: incorpora muy bien la rotura de la cuarta pared y cuenta con un elenco que demuestra que Tailandia también tiene potencial para que sus obras cinematográficas sean consideradas internacionalmente.

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