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España España · Poniente de Mallorca
Voto de psmelbr:
7
Comedia Fatah, un pequeño granjero argelino que nunca ha salido del campo, sólo tiene ojos para su vaca Jacqueline y sueña con llevarla a París al Salón de la Agricultura. Tras recibir una invitación toma un barco con destino a Marsella y cruza toda Francia a pie. Es la oportunidad de Fatah y Jacqueline de vivir una gran aventura. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Vaca es una comedia sencilla, tan simple como su título, amena a la vez que emotiva y directa. Curioso es que a pesar de tratar un tema tan recurrido y sobado, la agricultura y la gente de campo con gags tan simples, La Vaca transporta un trasfondo de extraña actualidad mediática que se deja ver y escuchar con alguna carcajada irreprimible. La trama, hablamos de una vaca y su propietario recorriendo dos mil kilómetros atravesando el mar mediterráneo y Francia hasta París, sería de esperar lenta, pero se disimula muy bien en un viaje que refleja el ímpetu, las ganas, la ilusión, la dignidad y la perseverancia. Es un viaje divertido, un hombre que ama a su vaca, tanto o más que a la propia esposa, figuradamente claro está, en el que las cosas ocurren por la inercia, calzando gags algo forzados (como en la mayoría de las comedias) aunque resueltos con acierto. Los diálogos son hilarantes, ácidos y directos con intención a la yugular, lo mejor de la película. A medida que avanzamos, esa lentitud disimulada con eficaces cortes y cambios de escenario, resalta el efecto contradictorio de los dos mundos, una Argelia anquilosada en el Islam y sus cerradas costumbres y esa Francia solidaria que sigue en las redes y la televisión a la vaca, su dueño, el cuñado y un conde arruinado que dejará sus asuntos para ayudar a cumplir un sueño. Dentro de la temática casi nada nuevo luce bajo el sol, pero tiene su puntito de lucidez, rozando la ironía, la exaltación de la solidaridad, así como otros valores que nos hacen humanos y felices. Y esa es la razón principal que mueve la película, el reencuentro con la felicidad, ese estado espiritual tantas veces violado por los problemas redimensionados, las ansiedades o depresiones no resueltas, esas pequeñas injerencias de la infelicidad tan ajenas al cosmos sensorial de un hombre sencillo, un argelino propietario de una vaca destinada a concursar.

Película recomendable para los amargadillos sin razones...
psmelbr
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