Malísima. Lo triste es que hasta pagué por ir a verla al cine. No hay nada que se salve. Las interpretaciones, la representación de los homosexuales cómo unas locas, la eterna españolada de mostrar mujeres desnudas en cuánto se tercie, unos diálogos que pretenden ser ingeniosos.
No se cómo no se les cayó la cara de vergüenza al producir semejante basura pero supongo que pagaría el estado, cómo casi todas las películas en este país. Luego esperarán recaudar robando a todos los españoles mediante el canon atentando contra derechos fundamentales y mediante métodos antidemocráticos.
Es este tipo de películas las que me hacen sentir muy poca empatía hacia ese 5% de artistas que viven muy bien del cuento y que claman que se proteja a la cultura en este país mientras los demás tienen que trabajar de camareros por un sueño.
Indignante.