Haz click aquí para copiar la URL
San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
10
Drama Frederick Manion (Ben Gazzara), un teniente del ejército, asesina fríamente al presunto violador de su mujer (Lee Remick). Ella contrata como abogado defensor a Paul Biegler (James Stewart), un honrado hombre de leyes. Durante el juicio se reflejarán todo tipo de emociones y pasiones, desde los celos a la rabia. Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2007
74 de 82 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un diamante tallado del cine sobre lo que significa un proceso, una causa y una sección de juicio sobre asesinato. Con toda seguridad una de las tres mejores películas en la historia del cine del género judicial. Su larga duración, 160 minutos, cansa en algún momento, pero no aburre ni declina en ningún momento su excelente calidad. Referencia a tener muy encuenta para cualquier estudiante de leyes que quiera dedicarse a la abogacía, la fiscalía o la judicatura, entre otras profesiones en torno a vistas judiciales, pues es todo un ejemplo de proceso judicial con sus elementos más diversos y variados al completo.

Dice el abogado defensor (James Stewart) en un momento dado: "Como abogado he aprendido que la gente no es buena ni mala sino ambas cosas."

Film de una dignidad, una seriedad y una efectividad descriptiva, como pocas veces podrá verse en las pantallas, una obra maestra; con un sentido del humor de gran altura y sutilidad
—verbigracia, gran parte del film y del juicio trata y juega con la sensualidad del lenguaje utilizando la palabra "bragas", término no prohibido y que se aprovecha sugerentemente para provocar y activar en la imaginación de los espectadores tanto o más morbo sexual que si hubiese incluido escenas de desnudos que por supuesto no habrían pasado la censura de finales de los años cincuenta del siglo XX, y Otto Preminger utiliza esta vía sensual del logos y la psicología como atractivo gancho a través del cual nos hace relamernos una y otra vez de gusto mental; recurre a la palabra "bragas" tantas veces que resulta provocador con intenciones obviamente freudianas, además le une a dicha palabra "bragas" el adjetivo de "desgarradas"; también se atreve a plantear si la presunta mujer violada acostumbraba a llevar puesta esta prenda o no, e incluso en el colmo de la genialidad, describe esta sensible y atrayente pieza de lencería femenina, detalle a detalle, y acaba mostrándonosla in situ".—

Cine clásico de máxima puntuación, para guardar y exhibir como impresionante filmación del séptimo arte, con un blanco y negro mucho más poderoso e imponente que toda la gama de colores.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow