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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
9
Drama Siete aspirantes a un puesto ejecutivo se presentan a la prueba de selección de personal de una empresa multinacional, situada en un rascacielos de Madrid. Sus personalidades son de lo más dispar: el triunfador, el agresivo, la mujer insegura, el crítico, el indeciso. En un clima de tensa competitividad, el miedo y las dudas se irán apoderando de los participantes, que caen en un estado de paranoia tal que llegan a sospechar que están ... [+]
10 de enero de 2007
76 de 86 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando eramos niños recibíamos en las escuelas públicas clases de religión católico-cristiana. Su método, muy descalificado en la actualidad, era primordialmente que la salvación y el triunfo en la vida se consiguen siendo misericordiosos, teniendo compasión con el prójimo. Ahora, en esta sociedad tan correcta y civilizada, el método que se nos enseña, impone y ánima a todos los niveles, es que hay que ser lo más inmisericordes, desalmados, japutas de dientes afilados y cabrones de cuernos retorcidos, posible —por aquí, aunque ciñéndose a la vida empresarial, va la magistral lección crítica que aporta esta película—.

La misericordia, la compasión, la moral o la ética no venden, y como no venden todo está socialmente encausado a que las marginemos como irrelevantes, como no prioritarias en nuestra existencia, si lo que queremos es ser ganadores —en el desarrollo del film, el primer competidor que es expulsado por los propios compañeros y la empresa, es precisamente aquel que deja ver en su curriculum vitae que ha sido un hombre moral y ético—. Este es más o menos el método Gronhölm con el que nos educan por todos lados hoy en día, para ser personas competentes, ganadoras, exitosas, triunfadoras y para alcanzar la salvación.

Esta película merece un reconocimiento de atención en este sentido: como abridora de ojos, como intento de reflexionar en el método que se nos impones y nos está convirtiendo en gente sin compasión, sin alma, con tal de obtener éxito, ganar o llegar lejor, muy lejos. Luego, conforme pasan los años, el que tuvo que mamar y dar a probar al prójimo tanta mala leche, en el intento de salvar su propio pellejo, quizás se dé cuenta de que sí llego lejos: tan lejos como hasta la vuelta de la esquina, de la infelicidad, de la asquerosidad y de la náusea vital.

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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