Brendan Gleeson, en su mejor papel, da vida a una suerte de Torrente gaélico, menos bufo, pero tan irreverente y deslenguado como el personaje de Santiago Segura. ‘El irlandés’ es una de las joyas que más desapercibida pasó el año pasado y que este verano se hace hueco, por fin, en nuestra cartelera con el aval de la nominación a los Globos de Oro en la categoría de mejor actor de comedia.

Porque eso, buena comedia, es lo que es este filme de cine negro: un policía tan poco elegante como provocador, un agente del FBI (Don Cheadle) que choca con la realidad de la campiña irlandesa y unos traficantes herederos del mejor Guy Ritchie -el original- que pretenden desembarcar un cargamento de cocaína en las apacibles costas de Galway.

John Michael McDonagh, director debutante, logra rodearse de unos secundarios de lujo como Mark Strong, un imprescindible cuando de gánsteres británicos se trata, Liam Cunningham o Fionnula Flanagan, y trufar su opera prima de un cuidado y dosificado humor que encaja a la perfección con unos temas musicales inspirados en el western que nos evocan ‘La muerte tenía un precio’ regada con unas pintas de Guinness.