Y volví a encontrarme contigo en París, no fue fácil intentar olvidarte ya que nunca lo conseguí, como tampoco será fácil pero si apasionante descubrir que tus ojos no han cambiado tanto, sinceramente me alegro de que no te presentaras ese día en Viena, pues no podría disfrutar de este atardecer contigo, y de esta absurda sensatez de la que sólo tu puedes sacarme, inyéctame una dosis de vida al verte cantar por primera vez, hazme saber que aquella chica que conocí me sigue enamorando tanto o más como aquel mágico día en aquella melancólica ciudad, ayúdame a descubrir que el tiempo si perdona y parte en dos ese billete de avión que definitivamente quiero perder.

Otra página más en la vida de Celine y Jesse, un reencuentro maravilloso y necesario, quizás el más importante de los tres, o quizás no. ¿Quién sabe?. Linklater, Hawke y Delpy ya forman parte de nuestras vidas, con el mérito de habernos regalado una de las mejores trilogías de todos los tiempos, a cada cual más acertada que la anterior, la vida hecha cine y viceversa. Gracias.