Veréis muchas críticas en Filmaffinity hablando sobre si la película abordar el paso a la adultez, los conflictos típicos de los adolescentes, o incluso críticas que solo hablan sobre la relación sentimental de Sutter y Aimee (¡¿?!).

Esta película no va sobre eso: El sufrimiento de Sutter no desaparece "al convertirse en adulto". La vida no cobra más sentido después de la adolescencia. Y la conciencia que Sutter tiene de todo esto, reprimida durante la mayor parte de la película, aflorando en la penúltima escena, es un don y una maldición que queda reflejada sutilmente en la película. Es una película sensible y elegante.

Esta película trata sobre una persona que sufre (según muchos espectadores, su sufrimiento es pasajero y hasta mono por tener 18 años), y es un sufrimiento que algunos llaman "cosas de adolescente" y otros existencialismo.

Me recuerda al Guardián entre el centeno.